Cañas: Donde la Sabana Le Canta a la Historia
Hablar de Cañas es hablar de una tierra donde la historia se vive en cada esquina, en cada río y en cada saludo de los compas. Este rincón guanacasteco –hoy famoso por el riego y el calor sabanero– nació mucho antes de que existieran trenes, carreteras o siquiera el nombre “Costa Rica”.
Época Precolombina: Territorio de Corobicíes y Chorotegas
Antes de que llegaran los españoles a meter cuchara, la zona de Cañas estaba habitada por los corobicíes, con su cacique Corobicí comandando los asentamientos entre los ríos Lajas y Tenorio. Estas tierras eran ricas en recursos, y los indígenas la sabían pulir “a lo fino”: agricultura, pesca, caza y artesanía les daban vida y cultura123. Más adelante, la influencia chorotega puso el toque mesoamericano a la mezcla4.
Llegada Española y Fundaciones Tempranas
En 1522, el conquistador Gil González Dávila exploró la zona, topándose con una población indígena numerosa. Para 1562, el fraile Martín de Bonilla visitó Cañas por orden del gobernador Juan Vázquez de Coronado, y catequizó cientos de corobicíes1523.
Ya en 1620 la región era conocida como “Las Cañas”, según crónicas de la colonia, quizás por la caña brava que crece a orillas del río y decora el paisaje desde siempre16. Por 1739 se levanta una primera ermita techada de paja, dedicada a San José, símbolo del avance de la fe y la mezcla cultural. En 1751, el obispo Pedro Augustín Morel de Santa Cruz describe a la comunidad: una veintena de familias y una iglesia que servía de eje social13.
Siglo XIX: Camino a la Modernidad y el Cantonato
El siglo XIX trajo muchos meneos: en 1835 Cañas fue declarado pueblo del Departamento Guanacaste y en 1848, junto con Bagaces, conformó el cantón cuarto de la provincia7. En 1878, con el decreto Nº9, Cañas adquirió el rango de cantón, señalando como cabecera a la ciudad homónima165. Ese mismo año, el comercio y la vida social florecieron, en parte gracias al puerto de Bebedero, eje del movimiento de productos entre Guanacaste y el resto del país. Por el puerto entraban y salían animales, granos y hasta historias que hoy te cuentan los viejillos en el parque.
Tradición Boyera y Saber Sabanero
Desde siempre, Cañas ha sido el reino de la sabana, los boyeros y la cultura de la tierra. Aquí, la carreta, los bueyes y la faena hicieron a la gente resistente, tranquila y orgullosa. La cercanía con pueblos como Nicoya y Bagaces creó lazos de comercio, fiestas y cultura. Comerás gallo pinto en Cañas y te vas a dar cuenta: la receta y la forma de hablar tienen su propio swing6.
Desarrollo, Comunidad y “El Corazón del Riego”
Ya en el siglo XX y XXI, Cañas se convirtió en el “corazón del riego” guanacasteco, famoso por los distritos de Palmira, San Miguel, Bebedero y Porozal. Gracias a los sistemas de canales e irrigación, el cantón despegó en agricultura, ganadería y hasta atrajo turismo pa’ todos los gustos6.
Actualmente, Cañas vibra entre la modernidad y las raíces más auténticas: mercados, ferias, parques coloridos y una multiculturalidad viva –del indígena al sabanero, pasando por inmigrantes italianos, nicaragüenses y chinos–. Todo suma para formar una ciudad que se siente grande, pero se vive de barrio.
Cañas Hoy: Orgullo de Tradición, Amistad y Futuro
Así, Cañas es mucho más que un punto en el mapa. Es el resultado de siglos de historia, lucha, mezcla de culturas y un sentido de comunidad que no se consigue con chequera. Desde los tiempos indígenas hasta la agricultura moderna y las fiestas de la amistad, acá cada quien aporta al mosaico que hoy vemos.
Por eso, cuando pisés Cañas, hacelo con respeto y alegría: la historia sigue y necesita que vos también la vivás –con sabanero orgullo, pa’ que nunca muera la esencia guanacasteca.