Un respiro de la pampa: así es Kapi Kapi Park en Abangares
Imaginate, amigo: sos de esos que ya está cansado del bullicio del pueblo y quiere cambiar el calor por una buena sombra bajo árboles gigantes. Te pegás la vuelta por Abangares, y de repente, ahí está: Kapi Kapi Park, ese spot secreto que los locales recomiendan con sonrisilla cómplice. Este no es cualquier parquecillo—es un verdadero refugio lleno de verde, lagunitas y el frescor que solo la montaña guanacasteca sabe dar.
Naturaleza viva y senderos pa’ perderse… pero bonito
¿Qué tiene de especial el Kapi Kapi? Primero, su espectacular bosque de transición: aquí la vegetación se vuelve loca, mezclando especies típicas del trópico seco guanacasteco con verde de transición hacia la montaña. En cada paso sentís cómo el aire se pone más puro y los pajarillos arman serenata. Ya sea de día con toda la luz o en una de esas caminatas nocturnas guiadas, vas a encontrar flora y fauna para apuntar en la lista: monos, perezosos, aves de mil colores y hasta ranitas que solo salen cuando baja el sol.
El parque tiene senderos bien marcados. Hay rutas cortas perfectas para familias —o para llevar a la abuela— y trillos más atrevidos si lo tuyo es el cardio fuerte y la aventura. La caminata entre árboles altos y lagunitas tranquilas te hace olvidarte del teléfono y conectarte con el chirriar de la vida del monte.
Lagunas, aire puro y cero estrés
No te vayás sin sentarte un rato junto a las lagunas; son pozas tranquilas donde el reflejo de los árboles se mira como espejo. El parque cuida mucho la biodiversidad y, si andás con suerte, hasta podés ver tortuguitas o aves chapoteando por la orilla. Es el lugar perfecto para un picnic bien tico: plátanos, tortillas y fresco de limoncillo en la hielera.
Campo, sabor y buena vibra
Para coronar la visita, hay que pegarse una parada en el restaurante familiar del parque. Allí se lanza una comida típica con sabor a campo: casados, gallos, café chorreado del bueno y postres tradicionales. Todo sembrado ahí mismo en la granja y huerta orgánica del parque, así que más fresco no se puede pedir. Si te quedás hasta tarde, hasta podés escuchar historias y cuentos de los lugareños, o prenderte en una pequeña fogata (con permiso del personal, claro).
Consejos guanacastecos pa’ la visita
- Andá con ropa cómoda, tenis y, si podés, sombrero porque el solecito pega fuerte aunque estés entre árboles.
- Llevá agua y repelente. Pa’ que no te sorprenda el calor ni los zancudos.
- No botés basura, que aquí la naturaleza es sagrada.
- If you go with peques, atentos siempre en los senderos y cerca de las lagunas; se aprende, pero se cuida.
- En temporada lluviosa, mejor un par de botas porque el barro hace de las suyas.
Más que parque: una experiencia pa’ toda la familia
Kapi Kapi Park es el punto de encuentro de lugareños y turistas que buscan relajarse sin perder ese “toque” guanacasteco. Ya sea para un paseo rápido, celebra el cumple, una escapada romántica o un día de campo con toda la familia —¡incluyendo la mascota!, porque el parque es pet friendly— aquí se respira autenticidad.
Así que ya sabés, la próxima vez que andés por Abangares, déjate caer por Kapi Kapi Park y date el lujo de descubrir uno de los mejores tesoros naturales de Guanacaste.
¡Y que nadie te lo cuente, vení a vivirlo!