¿Por qué perdérselo?
Bueno, si estás leyendo esto, es porque probablemente ya sabes que hacer rosquillas, tanelas, empanadas y tamal dulce no es solo un arte, ¡es una celebración! Estas delicias de la cocina tradicional costarricense son la traición perfecta a la dieta y una explosión de sabor que hará que tus amigos te pidan la receta (que, por supuesto, nunca compartirás). Así que prepárate, que aquí va la receta.
Lo más importante
- Tiempo total: Más de 2 horas (incluyendo preparación y horneado, ¡pero vale la pena!)
- Porciones: Muchas, tal vez demasiadas
Ingredientes
- 5 hojas de plátano (sí, esas que tienes en la nevera desde hace un mes cuentan)
- 8 kilos de maíz blanco (asegúrate de que no esté malo o sabrá raro)
- 1 kilo de queso seco (el que se te antoje)
- 3.5 kilos de manteca (¡sí, lo sé, un montón!)
- 1 caja de margarina
- 2 tapas de dulce (o dos bocados estratégicos de caramelo)
- 1 kilo de azúcar (para endulzar hasta el más amargo de los momentos)
- 1 paquete pequeño de jamaica (molida, claro)
- 3 pascones de ceniza bien picante (sí, fuiste de camping)
Preparación del maíz
¡A cocinar se ha dicho!
- En una olla grande de hierro, echa 10 litros de agua. ¡Sí, usas un océano de agua!
- Agrega la ceniza colada, asegúrate de que no se pase el colador (usualmente es más fácil que revisar tus mensajes de texto).
- Cuando hierva, echa el maíz y remueve constantemente con una pala de madera durante 15 a 19 minutos. No dejes que se queme, porque aquí no queremos drama.
- Retira del fuego y extiende el maíz en una mesa. Déjalo reposar de 10 a 15 minutos para que no te quemes la mano (y porque nada bueno sucede apresuradamente).
- Cuando esté casi frío, súbete las mangas y a lavarlo con abundante agua.
- ¡A piloniar! Con un palo rollizo, dale unas 100 “majadas” hasta que esté limpio. Esto es como un ejercicio de CrossFit, pero con maíz.
- Enjuaga nuevamente hasta que no haya más ceniza. Después, deja escurrir en una zaranda por aproximadamente 1 hora. ¡Tanta espera, pero vale la pena!
Masa, rosquillas y más
Arma la masa…
- Pon la masa en una batea de madera y comienza a moverla para que se enfríe y suelte las pelotas (que nadie necesita en esta receta).
- Agrega el kilo de queso (reservando un poco), las 4 cucharadas de sal y separa la masa que usarás para las empanadas y el tamal dulce.
- En una olla, derrite 2 kilos de manteca y las barras de margarina. ¡No se recalentará, así que pon atención!
- Mezcla esta manteca con la masa de las rosquillas y amasa hasta que todo esté bien integrado.
- Forma pelotas de masa y colócalas sobre una mesa. Esto se convierte en un arte. Forma palitos y haz argollitas ¡Listo para hornear!
- Pon las roquillas en latas engrasadas. No queremos que estas bellezas se peguen.
Empanadas y tanelas
¡Sigue el juego!
- Usa la misma masa de las roquillas para las empanadas. Haz tortillitas en plástico, agrega el relleno de queso, azúcar y un toque de jamaica.
- Dóblalas y hornea hasta que estén doraditas.
- Para las tanelas, haz tortillitas con la masa que preparaste y rellénalas. Asegúrate de que queden bien aplastaditas.
Tamal dulce
- Usa la masa que preparaste, extiende hojas de plátano en una lata, coloca una capa de masa, ¡y que no sea muy gruesa! Neat, ¿verdad?
- Hornea hasta que todo se vea dorado y delicioso.
Calentando el horno
- Coloca entre 10 y 15 rajas de leña en el horno. ¡Ponlo en marcha!
- Después de una hora, asegúrate de que sigue funcionando, y agrega otras 15 rajas de leña.
- Cuando el horno esté caliente, coloca las latas de rosquillas y empanadas. ¡Eso es un éxito asegurado!
- Revisa las rosquillas, dales la vuelta y mételas de nuevo hasta que estén tostaditas.
- Una vez doradas, ¡sácalas! Y prepárate para el aplauso.
Trucos y variaciones
Si quieres algo diferente, prueba variar el relleno de las empanadas con lo que tengas a mano. Recuerda, esto es cocina creativa, no un examen de matemáticas. Y si alguna vez te pasas con la ceniza, sólo recuerda que hasta los mejores chefs tienen sus días.
Recomendación
Así que ahí lo tienes, la receta de tus sueños (o al menos de la siguiente celebración). Si todo sale bien, espera el jolgorio de la familia y los amigos. ¡A disfrutar y a compartir, que esas rosquillas no se van a comer solas!